viernes, 18 de marzo de 2011

Los Principios Morales en la Educación

Los principios Morales en la Educación por Marco Tulio Sánchez B. basados en John Dewey

(Moral principles in Education) Jo Ann Boydston (ed.) The Middle Works of John Dewey (Seleccion de textos), Carbondale y Edwardsville, Southern Ilinois University Press, Londres y Amsterdam, Feffer & Simon Inc., 1977, Vol 4.

Datos Biográficos: John Dewey (Burlington, Vermont, 20 de octubre de 1859 – Nueva York, 1 de junio de 1952) fue un filósofo, pedagogo y psicólogo estadounidense.
En 1882 se trasladó a Baltimore y se matriculó en la Universidad Johns Hopkins. Le influyó especialmente el ambiente hegeliano de la universidad. La huella de Hegel se refleja en tres rasgos que le influyeron poderosamente: el gusto por la esquematización lógica, el interés por las cuestiones sociales y psicológicas, y la atribución de una raíz común a lo objetivo y a lo subjetivo, al hombre y a la naturaleza. En 1884 obtuvo el doctorado por una tesis sobre Kant. También fue influenciado por ideas evolucionistas derivadas de Darwin.

Se casó con una antigua alumna llamada Alice Chipman, la cual contribuyó más que nadie a interesar a Dewey en los temas educativos y colaboró estrechamente con él. En 1884 se trasladó a la Universidad de Chicago, en donde fraguó su definitivo interés por la educación. En 1900 asume la enseñanza del curso de Pedagogía en la Universidad de Nueva York, que estrenaba su Escuela de Pedagogía; el año 1904 renunció a su puesto como profesor. Su último destino como docente sería la Universidad de Columbia. Con 87 años se casó por segunda vez y adoptó a dos niños.

Fue un hombre de acción, que aspiraba a la unificación de pensamiento y acción, de teoría y práctica. Defendió la igualdad de la mujer, incluyendo el derecho al voto. Fue cofundador, en 1929, de la Liga para una acción política independiente, fomentó el sindicalismo docente, alentó la ayuda a los intelectuales exiliados de los regímenes totalitarios. Dewey tuvo una gran influencia en el desarrollo del progresismo pedagógico, desempeñando un papel protagonista que abarca desde finales del XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Fue el pedagogo más original, renombrado e influyente de los Estados Unidos y uno de los educadores más perspicaces y geniales de la época contemporánea, influyendo en el curso de tres generaciones. El padre de la psicología progresista murió el 1 de junio de 1952 con 92 años de edad.

 LINKS DE INTERES:

CANAL JOHN DEWEY

LA FILOSOFIA DE DEWEY

  

LA ENSEÑANZA ETICA EN LA EDUCACION SECUNDARIA


El interés de Jhon Dewey por la comprensión de la ética vista no como disciplina sino como estudio de las relaciones éticas y por la necesidad de estructurar adecuadamente los contenidos educativos es decir, generar en los alumnos el hábito de construir mentalmente la creatividad de interacción humana; esto implica que el  maestro debe dirigir y permitir en los estudiantes la discusión de situaciones o interacciones efectivas, “si la educación moral se concibe no más que como la instrucción en un conjunto de regulaciones de la conducta, o como un cultivo de la conciencia individual del niño existe el peligro de que con ello se cultive en algunas personas una cierta conciencia malsana que siempre estará entrometiéndose y espiando en el estado de los dos sentimientos ”(p.4). El asunto de la ética es crear mentes reflexivas, creativas y criticas, personas constructivas y capaces de resolver problemas relacionados con los fenómenos de la vida cotidiana, formadas en valores desde el hogar y en la escuela.

Por otra parte, el maestro tiene que crear un ambiente de aprendizaje que facilite el descubrimiento por parte de los niños, y en últimas que este descubrimiento lo puedan expresar en sus propias palabras, es decir, llevar al niño a tomar la iniciativa en su propio aprendizaje, promoviendo la formación de individuos que gradualmente vayan construyendo su autonomía, su capacidad de decidir, de escuchar al otro, de defender sus ideas.

El alumno necesita aprender a resolver problemas, analizar la realidad críticamente y transformarla, aprender a pensar, aprender a hacer, aprender a ser, aprender a convivir y por último aprender a descubrir el conocimiento de una manera amena, interesante y motivadora.
  
LOS PRINCIPIOS MORALES EN LA EDUCACION

El propósito moral de la escuela:

La diferencia entre las ideas morales y las ideas acerca de la moralidad radican en que las ideas morales forman parte del carácter, pretenden mejorar la conducta; las ideas de la moralidad pueden permanecen inertes e inefectivas así haya un conocimiento de ellas refiriéndose a lo inmoral o moral
Es primordial que los padres y los educadores promuevan desde todos los asuntos cotidianos e intelectuales, ideas que fomenten y muevan a los niños y jóvenes a desarrollar un carácter y unas conductas deseables con actos morales vigorosos.

En las escuelas y colegios los críticos de la educación hacen énfasis en la deficiencia que hay en la educación pública con respecto a la instrucción ética y la enseñanza de la moral; no se ha establecido con claridad en los programas y currículos la intención de ayudar a todas las disciplinas a mantener intrínsecamente la idea moral.
A pesar de que esta declaración es totalmente radical, hay otros puntos de vista donde los profesores intervienen en su defensa argumentando que ellos enseñan moral a cada momento del día durante los cinco días de la semana, sin especificar directamente en los programas académicos el carácter moral de las conductas en la institución, hecho que seria el estado ideal de la instrucción moral sin ser directa y abarcaría un todo en la formación del estudiante.

La formación moral dada por la comunidad escolar:

Los principios éticos de la conducta no pueden desvincularse de la escuela y de la vida en sociedad. La función social de la escuela debe ser el reflejo hacia una sociedad donde el niño se debe desarrollar en su mas amplio sentido con laboriosidad, perseverancia, servicialidad, liderazgo, obediencia al sistema y capacidad para asumir roles con responsabilidad.

El desarrollo de las capacidades del niño en la escuela deben encaminarse en la utilidad que se le da a dicha capacidad y en relación con la función que esta ejerce; las actividades propuestas deben generar constantemente la motivación y la armonía en todos los campos de interés, logrando de esta manera encontrar criterios para juzgar su significado moral y el mejoramiento del niño en el ejercicio social, solamente con hábitos y con una escuela hecha como comunidad de vida.

La separación entre lo moral y lo intelectual en la escuela ha hecho que no se fortalezca la vivencia moral del carácter; la formación moral que se imparte allí es patológica desde el punto de vista del énfasis que se le hace a la corrección de las cosas o acciones mal hechas, y el profesor solamente censura y juzga los actos, muchas veces con falsos criterios, con resultados distorsionados y a veces perversos. El sentido que se le debe dar a todas las acciones debe ser de constante formación de hábitos de servicio positivo haciendo que el niño adquiera un criterio vital y se capacite para examinar sus fallas y las considere en el futuro.

Es necesario lograr el interés tanto intelectual, práctico y emocional, como en muchos adultos encaminados hacia el bienestar del hogar y de la comunidad con la percepción de alcanzar el orden y el progreso social.

La formación moral proveniente de los métodos de instrucción:

La construcción y distribución del conocimiento basado en el principio moral de la escuela ha sido difícil porque solo están encaminados a la asimilación y el aprendizaje con las mismas lecciones, los mismos textos y hacia las mismas calificaciones. No hay una división social del trabajo que permita un desarrollo y una forma de construir un bagaje común a partir de diferentes formas de pensar haciendo que el espíritu social se atrofie por falta de uso. El niño nace con un espíritu natural de compartir, hacer y servir pero el sistema educacional lo lleva a la adquisición de motivos y  criterios individualistas. La competición y el éxito comparativo hacen que unos niños se sientan menos capacitados que otros generándose el miedo a la aprobación o a fallar, adoptando posiciones de inferioridad continuada y persistente dejando de lado la cooperación y la participación activa.

Separar la instrucción y la formación es separar también el aprender y el hacer. El intento  por agregar una eficacia moral genuina a los simples hábitos y procesos de aprendizaje  puede llegar a quedar en el formalismo, así que es necesario fundamentar en los métodos escolares y en las actividades el carácter reciproco y cooperativo que  genere logros personales de carácter positivo.

La naturaleza social del plan de estudios:

El diseño del plan de estudios siempre debe estar encaminado a que el niño comprenda la escena de la acción social basado en criterios sociales del valor moral a las materias de trabajo en la escuela con tres valores independientes que son la cultura, la información y la disciplina. Si se desarrollan de forma genuina y autentica logran designar la socialización del individuo en su perspectiva completa sobre la vida.


Es necesario que todas las disciplinas y materias vistas estén encaminadas en análisis y abstracciones con valores éticos establecidos hacia una reflexión y practica social basada en la conciencia imaginativa del niño con respecto a las relaciones sociales, los ideales y los medios.